crónica
09.08.2011
Crónicas bosnio-herzegovinas: Rumbo a los Balcanes
por Leticia Melchor
Me hallo embarcada en una aventura festivalera, hacia el Festival internacional de cortometrajes Kratkofil, que tiene lugar en Banja Luka, en Bosnia-Herzegovina. Voy en representación de Jóvenes Realizadores, por Inseparables (Madrid), cortometraje de Ádel Kháder, que participa en sección oficial.
Mi ruta se inició esta mañana en Málaga, hizo escala en Zurich (donde me encuentro ahora), aterrizará en Belgrado y finalizará alrededor de las 5 de la próxima mañana, cuando llegue a Banja Luka, donde me esperará un miembro de la organización. Estaré en esta ciudad hasta el sábado, contando aquí diariamente lo que acontezca, hasta el sábado por la noche, que inicie mi viaje de vuelta, idéntico al de ida, en sentido contrario.
Para mi jornada de viaje y mi semana de festival, me he surtido de (creo) todo lo necesario, y un poco más, que nunca se sabe. Entre otras cosas:
- Mi portátil, desde el que escribo estas líneas, y que me facilitará (espero) el trabajo y me proporcionará entretenimiento, a partes iguales.
- Un libro, al menos, es imprescindible. Crónicas marcianas de Ray Bradbury me pareció de lo más apropiado para la ocasión.
- Me ha sido imposible encontrar una de esas guías de conversación para los países balcánicos, así que he traído un diccionario de serbocroata - español, y viceversa.
- Bombones. No, no para mí. Para la Hospitality office del festival, que me han sido de gran ayuda para organizar mi desorganizado viaje.
- DVDs para promoción de las obras e intercambio con otros cortometrajistas, y tarjetas de contacto para hacer amigos.
- Pasaporte, expedido un día antes del vuelo (como tiene que ser), billetes (expedidos 4 días antes) y demás documentación para este trayecto.
Además de todo esto, me he provisto de ropa y calzado para todos los climas posibles, pero, como en todo viaje que se precie, hay que olvidar algo. Por ahora, echo en falta mi iPod, que me esperará durante estos días, aburrido, en casa.
Aún me esperan 12 horas de viaje entre 3 países. Mañana continuaré informando, cuando esté establecida y haya visto algún corto.
Mi ruta se inició esta mañana en Málaga, hizo escala en Zurich (donde me encuentro ahora), aterrizará en Belgrado y finalizará alrededor de las 5 de la próxima mañana, cuando llegue a Banja Luka, donde me esperará un miembro de la organización. Estaré en esta ciudad hasta el sábado, contando aquí diariamente lo que acontezca, hasta el sábado por la noche, que inicie mi viaje de vuelta, idéntico al de ida, en sentido contrario.
Para mi jornada de viaje y mi semana de festival, me he surtido de (creo) todo lo necesario, y un poco más, que nunca se sabe. Entre otras cosas:
- Mi portátil, desde el que escribo estas líneas, y que me facilitará (espero) el trabajo y me proporcionará entretenimiento, a partes iguales.
- Un libro, al menos, es imprescindible. Crónicas marcianas de Ray Bradbury me pareció de lo más apropiado para la ocasión.
- Me ha sido imposible encontrar una de esas guías de conversación para los países balcánicos, así que he traído un diccionario de serbocroata - español, y viceversa.
Como el que tenemos todos en casa
- Bombones. No, no para mí. Para la Hospitality office del festival, que me han sido de gran ayuda para organizar mi desorganizado viaje.
- DVDs para promoción de las obras e intercambio con otros cortometrajistas, y tarjetas de contacto para hacer amigos.
- Pasaporte, expedido un día antes del vuelo (como tiene que ser), billetes (expedidos 4 días antes) y demás documentación para este trayecto.
Además de todo esto, me he provisto de ropa y calzado para todos los climas posibles, pero, como en todo viaje que se precie, hay que olvidar algo. Por ahora, echo en falta mi iPod, que me esperará durante estos días, aburrido, en casa.
Aún me esperan 12 horas de viaje entre 3 países. Mañana continuaré informando, cuando esté establecida y haya visto algún corto.
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Leticia Melchor
Leticia Melchor nació en Granada hace no tanto. Con 17 años, tras viajar un poco por el mundo, llegó a Málaga a estudiar lo único que no podía estudiar en Granada, Comunicación audiovisual. Durante la carrera, trabajó como cámara ENG, lo suficiente para darse cuenta de que no era lo suyo.
Aprendió de qué iba eso de la producción audiovisual y ahí encontró su hueco, desde el que, intentando no estorbar, ha participado en varios cortometrajes y vídeo-clips.
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