Con el atrayente reclamo que supone actualmente tener a Penélope Cruz en una película, Sergio Castellito presenta Venuto al mundo (Volver a nacer). Pero tener a una superestrella no es síntoma de calidad y esta película es un claro ejemplo.

Gemma, una mujer que luchó durante muchos años para conseguir ser madre, regresa con su hijo a Sarajevo, años después de la guerra de la que escapó, para enseñarle la ciudad en la que nació. El reencuentro de Gemma con sus amigos y con la ciudad de la que huyó le remueve todos los recuerdos de una dura historia de amor en plena guerra de los Balcanes.

Castellito y Cruz vuelven a trabajar juntos tras el duro dramón No te muevas. En esa ocasión, ese descarnado personaje le supuso a la madrileña la oportunidad de demostrar que era capaz de hacer otro tipo de papeles y sus primeros reconocimientos a nivel internacional.



En este caso, acercándose a sus mejores interpretaciones, Penélope Cruz es lo único salvable de una película que en su descarado intento por ser dramática, acaba en caída libre hacia lo grotesco. Interpretaciones sobreactuadas y un guión que roza el ridículo hacen que la historia provoque hilaridad cuando su intención es emocionar.

Una película que se promociona como Venuto al mundo o Volver a nacer pero que en sus créditos iniciales se titula Twice born, indica que algo falla... y se podría decir que en Volver a nacer (o como se la quiera llamar) casi todo falla.

Castellito quiere contar una historia de amor, los horrores de una guerra, una época que cambió a Europa, la llamada de la maternidad, el legado que se deja a los hijos... Todo eso y mucho más. Pero se pierde en todas y cada una de las tramas de una película a la que le sobran (en las mismas proporciones) pretensiones y metraje.