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28 de agosto de 2011

Lo contrario a... Lo que se esperaba

por Jota Linares

El póster de Lo contrario al amor no presagiaba ya nada bueno, pocas veces he visto una carta de presentación tan equivocada y que invitara de una forma tan evidente a los espectadores a huir de la sala donde se proyectara la película. Pero ahí estaban bien presentes Adriana Ugarte y Hugo Silva para intentar convertir esta comedia romántica en el 3 metros sobre el cielo de 2011, o al menos eso parecía porque la realidad es que ambas películas se parecen como un huevo a una castaña. El resultado es que, si uno supera los prejuicios de tan horroroso póster, se puede enfrentar a Lo contrario al amor sin saber nada de sus creadores o conociendo algo del currículum de quien la ha hecho posible. Y la opinión final sobre la película variará sensiblemente si se opta por una opción u otra.



Me explico: si se entra a la sala de cine sin saber quién es el director, lo más probable es que el espectador se encuentre con una comedia correcta, capaz de brillar en dos o tres momentos, basada en un guión que sigue a rajatabla y sin sobresaltos los mandamientos de las love story de toda la vida (chico conoce a chica-chico pierde a chica-chico recupera a chica), con una cantera de secundarios que se convierten en lo mejor de la función y con una pareja protagonista, los ya citados Adriana Ugarte y Hugo Silva, que aguantan todo el peso de la historia en función de la posible química entre ellos (que a veces es explosiva y otras más normalita, pero lo cierto es que siempre está presente). Poco más, una de tantas comedias que invaden la taquilla dispuestas a que el espectador pague su entrada y se olvide de sus problemas a costa de noventa minutos de risas.



Entonces, ¿cuál es el problema de Lo contrario al amor? Pues saber que es el debut en el largometraje de Vicente Villanueva, uno de nuestros mejores cortometrajistas y responsable de algunos de los mejores cortos de la década pasada como El futuro está en el porno, Mariquita con perro, Heterosexuales y casados o La rubia de Pinos Puente. El salto al largo de Villanueva era, probablemente, el más esperado de nuestra industria desde que Daniel Sánchez Arévalo rodara AzulOscuroCasiNegro en 2006. Todos esperábamos esa gran película que el director casi estaba obligado a hacer y que tenía que confirmar su enorme talento, ya demostrado con creces en el corto, para crear comedias cínicas, innovadoras, originales, llenas de diálogos ácidos e inteligentísimos que se apoyaban en personajes antipáticos y extravagantes que, sin embargo, eran capaces de ganarse la empatía y el cariño del espectador desde el primer minuto. Por eso mismo sorprende tanto que el resultado final de Lo contrario al amor sea tan correcto, tan poco transgresor, tan plano. La dirección es impersonal, sin nada que chirríe pero sin nada que destaque, a años luz de las originales estéticas de falso documental con las que Villanueva envolvía sus anteriores trabajos. No hay ningún plano para el recuerdo, ninguna imagen que identificaremos con la película, nada que no hayamos visto ya en multitud de comedias españolas o americanas. Todo, incluido el guión, navega en la más absoluta de las convenciones, precisamente lo último que esperábamos de una película del director de Heterosexuales y casados.

Lo mejor de Lo contrario al amor acaban siendo el buen puñado de verdades que se lanza a la cara de todos los que hemos sufrido esa tortura china llamada enamorarse, especialmente cuando se hace referencia al psicópata que todos llevamos dentro y que inevitablemente acaba saliendo a la luz cuando la tontería inicial se desvanece. Y, por encima de todo, sobresale Guadalupe Lancho, enorme y superlativa actriz que se adueña de la película, de sus escenas, de las escenas en las que no sale (la película pierde muchísimo cuando ella no está en plano y el espectador la echa de menos). Su personaje de patética famosilla venida a menos es el elemento más reconocible del mundo personal del director, y es por eso mismo por lo que acaba siendo el mejor elemento de toda la película.

Vicente Villanueva acabará convirtiéndose en una de las figuras más destacadas de la nueva generación de cineastas españoles, tiempo al tiempo. Pero habrá que esperar todavía un poco para que nos regale esa obra maestra que sus cortometrajes nos prometieron.

  • Lo contrario al amor

  • Título original:
    Lo contrario al amor

  • Dirección:
    Lo contrario al amor

  • Año de producción:
    2011

  • Nacionalidad:
    España

  • Duración:
    105

  • Género:
    Comedia romántica

  • Fecha de estreno en España:
    2011-08-26

Jota Linares

Jota Linares nace en Cádiz en 1982 y se traslada a Málaga en 2000 para estudiar Periodismo y Comunicación Audiovisual. Muy pronto empieza a interesarse por el mundo de la ficción, tanto a través de la escritura de diversos guiones como observando el mundo desde detrás de una cámara. Ha escrito y dirigido los cortometrajes '¿A quién te llevarías a una isla desierta?', 'Vivir rodando', 'Un cuento de hadas', 'Varices', 'Placer' y '3,2 (lo que hacen las novias)'. Ha ganado, entre otros, el premio andalesgai 2006 al mejor cortometraje andaluz, el premio del público en el 11 Festival de Cine español de Málaga, el premio RTVA al mejor director joven andaluz, el premio del público en el Fancine (cine de terror y fantástico) 2008, o el premio al mejor proyecto en el Certamen Andaluz de Cortometrajes 2009.
Con '3,2 (lo que hacen las novias)' lleva cosechadas 22 secciones oficiales y 4 premios.

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