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25 de septiembre de 2012

El poder de la imaginación

por Manuel Aguilar



Avalada por el Gran Premio del Jurado en el último festival de Sundance y la Cámara de Oro a la mejor ópera prima en el festival de Cannes, aterriza en San Sebastián (con muchísima expectación), Beast of the Southern Wild (Bestias del Sur Salvaje), la primera película de Benh Zeitlin, autor de varios y premiados cortometrajes y cofundador de la productora Court 13.

Beast of the Southern Wild nos cuenta la historia de Hushpuppy, una niña de seis años cuya madre se ha ido y que vive con su impredecible padre y sus singulares vecinos en una zona pantanosa apartada del resto del mundo por un inmenso dique. Rodeada de un mundo salvaje, se vale de su particular imaginación para intentar encontrar un sentido a todo lo que le rodea. Pero en su mundo, la naturaleza decide quién vive y quién muere y cuando llega una tormenta todo cambia, desmoronando de forma inevitable el orden de sus cosas, teniendo que responsabilizarse del destino de su padre y de su mundo.

Zeitlin nos introduce en un lugar inhóspito, con una marcada estética apocalíptica para contarnos esta fábula sobre la rebeldía contra el mundo moderno y la resistencia por ser independiente. Cuenta con momentos de creatividad desbordante como la de Spyke Jonze (véase Donde viven los monstruos) y la poesía visual de Terrence Mallick (pero con un Dios bien distinto). Aún así, el debutante Zeitlin ha creado una película original (en momentos en los que eso escasea) y la vitola de poder ser la mejor película indie del año. La expectación que suscita antes de su visionado, no le pesa en absoluto (al contrario que otros sonados casos en los que la decepción tras verla es inversamente proporcional al bombo y platillo con el que se han promocionado).



La película gira en torno a la intensa interpretación de dos debutantes, Dwight Henry y Quvenzhané Wallis, que interpretan a padre e hija (respectivamente), y que resuelven a la perfección sus papeles. Se nos muestra constantemente el conflicto realidad/imaginación, vida/muerte, amor/odio, a través de dos personajes que solo pueden canalizar sus emociones de modo salvaje.

La pequeña joya de la película es la niña Quvenzhané Wallis. Esperemos que no sea otra efímera aparición de niño actor y tengamos el placer de volver a verla. Con solo 10 años interpreta a Hushpuppy, una criatura salvaje que busca su sitio y su misión en el caótico mundo en el que vive. Engancha al espectador no con una mirada dulce o una melena de cuento, sino por un natural y desgarrador carácter. Vive cada emoción de su personaje a través de la rabia, de la dureza, de la prohibición de derramar una sola lágrima. Perfecta.

El filme tiene una cuidadísima factura de cine independiente americano. Ese cine que sigue pasando por indie pero que supera con creces el presupuesto de las películas más caras de muchos países.

Zeitlin apuesta por un punto de vista siempre cercano a los personajes, una cámara viva, que sufre las condiciones extremas en las que viven los protagonistas y una fotografía descarnada, directa y complicada, sin las muy distintas florituras visuales que habría tenido la película en manos de un estudio de Hollywood.

En fin, para disfrutar de Beast of the Southern Wild hay que dejarse llevar por la imaginación, el ingenio y la esperanza de una niña para salir adelante en un mundo hostil.

  • Bestias del Sur salvaje

  • Título original:
    Beasts of the Southern Wild

  • Dirección:
    Beasts of the Southern Wild

  • Año de producción:
    2012

  • Nacionalidad:
    USA

  • Duración:
    92

  • Género:
    Drama

  • Fecha de estreno en España:
    2013-01-25

Manuel Aguilar

Nace en Jerez de la Frontera, una noche de octubre de 1978 (se aceptan regalos). Hizo la EGB completa e incluso estudió Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla... o eso dicen...

Desde pequeño, ver películas era su principal pasión, llegando incluso a no comer nada durante las casi cuatro horas de El Padrino II (todo un récord) y a romperse la nariz al tirarse por unas escaleras pensando que si Christopher Reeve podía volar (con esa pinta)... ¿por qué él no?

Reza todas las noches para que jamás hagan un remake de Los Goonies y para que de una vez por todas le corten las financiaciones a M. Night Shyamalan.

Ha rodado varios cortometrajes y escrito cuentos pero... ¡lo mejor está por venir!

Acaba de estrenar una comedia de enredo eusko-andaluza, Hoy quiero confesar, que distribuye con Jóvenes Realizadores.

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