El ladrón profesional Ramón se fuga de prisión y viaja hasta un pueblo remoto de la Galicia profunda que, a pesar de estar semiabandonado, es un lugar de paso habitual de peregrinos del Camino de Santiago, que son recibidos sin cesar por sus escasísimos habitantes. Allí, Ramón busca algo especial: un tesoro que sabe que está escondido. Él no lo imagina, pero va a encontrar una terrible pesadilla en este pueblo que le va a atrapar irremisiblemente en una sangrienta conspiración sobrenatural.

El Apóstol es el primer largometraje de Fernando Cortizo y el primero de animación stop-motion y en 3D del cine español. Aunque no sea perfecto, es todo un soplo de aire fresco en el panorama de la animación de este país, que aunque presenta cada vez más obras de calidad (como las maravillas de Chico & Rita y Arrugas) está tristemente surcado por obras fallidas o directamente malas (se me ocurren El Bosque Animado y su secuela, técnicamente perfectas pero con argumentos nulos; la irregular El Cid, la Leyenda, que no termina de despegar; la visualmente genial pero aburridísima Planet 51 o los ya directos horrores de Gisaku o Donkey Xote).

Financiada en gran parte por medio de la venta de participaciones en la película a través de Internet y rodada mediante la sincronización de la imagen con el doblaje de los actores y no al revés, como suele hacerse (el director rodó todas las escenas con el reparto durante dos semanas en una casa rural), El Apóstol hace un homenaje al expresionismo, a los filmes de terror clásicos y a las leyendas gallegas con una trama cargada de humor (negro muchas veces) y con pasajes muy conseguidos que verdaderamente consiguen dar frío, mal rollo y a la vez resultar tan tensos como hilarantes.



Inevitablemente, muchos ya han comparado la película de forma injusta con las de Tim Burton (sobre todo con la eterna Pesadilla antes de Navidad) en lo que a ambientación se refiere. Una comparación injusta porque, primeramente, Tim Burton extrae sus influencias de muchos campos (el propio expresionismo, el cuento gótico, el rollito de la Hammer clásica...) y no es el primero en realizar hábiles mezclas de estas influencias en sus escenarios (sí es uno de los que mejor lo ha hecho, y de ahí su merecida fama). La misma Galicia profunda da material de sobra para crear el mundo de El Apóstol, una delicia visual de bosques retorcidos y oscuros, de pueblos semiabandados, de caserones helados y de iglesias decrépitas.

Los personajes tienen carisma y sus muñecos son verdaderamente primorosos, sobre todo "los malos" (el cura que todo lo huele es un buen villano central), la banda sonora es la adecuada y es nada más y nada menos que de Philip Glass, la parte de animación "tradicional" está muy lograda, el variadísimo reparto está excelente y, aunque el final de la cinta es algo precipitado y tiene algunas lagunas argumentales (no termino de comprender del todo la función de "La Santa Compaña" -excelentemente hecha por otra parte- y tampoco me cuadra que los peregrinos sean "infinitos" en el pueblo), el conjunto es fresco, divertido y presenta algo novedoso en este país. Muy bien.