Que Alfonso Cuarón es uno de los más personales y brillantes directores de los últimos años, no es decir nada nuevo. Pero al igual que con su valiente y rompedora Y tu mamá también o la increíble odisea apocalíptica Hijos de los hombres, en Gravity vuelve a mostrar que es capaz de sorprender una vez más y dejar al espectador pegado a la silla con una historia sobre la supervivencia más extrema, ya que su personaje principal, no está sola en el mundo. Está sola en el espacio, en el Universo.

Ryan Stone (Sandra Bullock), una inteligente ingeniera, realiza una reparación en una rutinaria salida de su estación espacial acompañada por el veterano astronauta Matt Kowalsky (George Clooney). Pero algo inesperado sale mal y les sobreviene el mayor de los desastres, quedando solos ante la nada pero con el coraje suficiente para intentar sobrevivir a toda costa y regresar a la Tierra.

Cuarón se introduce por primera vez en el 3D y lo hace a lo grande porque todo el despliegue técnico se pone al servicio de la historia que quiere contar. No como en muchas ocasiones ocurre, que el único atractivo de la mayoría del cine en 3D es atraer al espectador para atiborrarle de imágenes sin tener en cuenta la conveniencia o no de ese formato en la historia.


Gravity nos introduce de lleno en el espacio a través de un virtuoso planteamiento visual. La cámara recorre todos los puntos de vista posibles dentro de las secuencias y va pasando desde generalísimos planos generales hasta secuencias en plano subjetivo que hace sentir al espectador como el protagonista de esos tan vendidos videojuegos de última generación. Todo es perfecto en Gravity (siempre y cuando hablemos de los aspectos técnicos de la cinta): sonido, banda sonora, imagen... Dicen que Cuarón ha tardado cuatro años en completar su viaje espacial y viendo el resultado, no han sido cuatro años en vano, ya que es una película de esas que conseguirá unir las opiniones de público y crítica... cosa más que complicada actualmente.

En cuanto al guión, firmado a dúo por Alfonso y Jonás Cuarón (padre e hijo), no nos trae nada nuevo. Nada que no hayamos visto ya antes. Esa épica historia de supervivencia. Contra viento y marea. Seguir adelante pase lo que pase. Suena esa temática del cine americano, ¿no? Pues es más de lo mismo. Casi un género nacional ya en el país de las barras y estrellas.


Y como historia épica que se precie, también tiene que contar con actores de relumbrón. Y en ese punto, antes de valorar a sus protagonistas, hay que decir que Cuarón ha sabido rodearse siempre de grandes estrellas del cine para sus películas. Ya sea por la relevancia mediática de contar con Clooney y Bullock, como es en este caso, o repasar grandes apariciones en su filmografía como Gary Oldman, Julianne Moore, Clive Owen, Diego Luna, Gael García Bernal o nuestra joya patria, la grandísima Maribel Verdú.

Entrando a comentar a los protagonistas de la cinta que ahora toca, decir que claramente, ella es quién lleva todo el peso de la cinta. No sólo porque prácticamente esté siempre en pantalla sino que el personaje de Clooney es únicamente un motor, un apoyo para que conozcamos más las debilidades y las fortalezas de esa intrépida doctora que interpreta con (sorprendente) solvencia Sandra Bullock.

En fin, Gravity consigue mantener la atención del espectador durante todo su metraje. Cosa bastante difícil hoy en día. Así que es una muy recomendable película para volver a pensar que el, tan maltratado, género de ciencia ficción puede seguir teniendo momentos de gloria.